El disco:
“Chango sin arreglo”
La historia de Chango Farías Gómez en la música popular argentina es la historia
de un artista que escribió capítulos importantes dentro de la renovación de la
música de raíz folklórica, siempre como director y promotor de agrupaciones que
marcaron nuevos rumbos en nuestra música, como Los Huanca Huá, el Grupo Vocal Argentino, la M.P.A o La Manija.
Estas agrupaciones fueron siempre el marco donde Chango Farías Gómez se desempeñó como arreglador vocal e
instrumental.
Después de 45 años en la Música
Popular Argentina, Chango Farías Gómez
rompe con esa regla dando forma a un trabajo discográfico donde su propia voz
toma el protagonismo y, en ese sentido, éste es su primer material como
solista.
El repertorio de este nuevo trabajo
incluye obras de Atahualpa Yupanqui,
Cuchi Leguizamón, Manuel J. Castilla ( entre ellas, “Canción del obraje” con
Mercedes Sosa), y Rolando Valladares. Además del repertorio ligado a lo
folklórico Chango interpreta dos piezas
ajenas al género, como los son el tango “Vieja
viola” ( de Homero Manzi) y la canción “Te
recuerdo Amanda” (de Víctor Jara). Completan el repertorio tres
composiciones de su autoría y dos piezas
abordadas instrumentalmente: Nostalgias
Tucumanas (Atahualpa Yupanqui) y La Alabanza (A. Yupanqui–Los Hermanos Díaz).
Utilizando los criterios improvisatorios del jazz, se lucen en estos dos temas Peteco Carabajal en violín, Rubén “Mono” Izarrualde (flauta
traversa), Juancho Farías Gómez
(bajo), Walter Ríos(bandoneón) y el
trompetista cubano Carlos Huergo,
entre otros.
La realización general estuvo a cargo
de Chango Farías Gómez y Guillermo
Zuloaga y es una producción del sello Tónica.
Dice Chango: “Yo siempre me expresé a través de
agrupaciones, siempre me expresé a través de otras voces. En este disco, en
cambio, me animo con mi voz, algó que me costó bastante asumir. Desde hace
muchos años, varios amigos como Mercedes
Sosa, Peteco Carabajal o Jaime Roos, me decían que yo tenía que hacer un
disco de estas características. Bueno, finalmente lo hice”.
“El nombre “sin arreglo” nació inicialmente de
la idea de hacer un disco despojado, aquél disco de la guitarrita y la voz. Y
aunque algo de eso quedó, lo cierto es que finalmente terminé metiendo mano,
quizás porque uno viene rumiando ideas
desde mucho tiempo atrás y que no puede
evitar sacarlas en el momento de entrar a un estudio de grabación . Quizás ese
sea también el “sin arreglo” de uno,
sacado de aquella expresión popular con la que resignadamente se dice no tenés arreglo”, concluye Chango.
El booklet: la leyenda
del ekeko
Otro dato interesante es el booklet
que acompaña al disco, cuyo nudo conceptual utiliza a la leyenda del ekeko,
personaje de la imaginería popular prehispánica asociado a la abundancia.
“Yo
estoy acostumbrado a ser considerado por la crítica como el padre de la
renovación folklórica y otro tipo de calificaciones que me enorgullecen- dice Chango- Por estos años, gracias a la
música pude recorrer el país, no sólo con mis actuaciones sino también y
esencialmente presentando clínicas o ensambles que me ponen en relación con
jóvenes músicos de nuestro país. Y me
sorprende siempre la forma tan
respetuosa en que soy tratado por los músicos, todos ellos pertenecientes a
otras generaciones, como un referente
innovador dentro de la música folklórica. En más de una oportunidad, muchos de
ellos me decían que yo era una especie de “tótem” de nuestra música. Aún cuando
el concepto de “tótem” no sea el adecuado, es una forma de decir que lo pone a uno como referente de
otras personas, con la responsabilidad que eso significa. Y fue por esa clase
de comentarios que fui recogiendo de los músicos de mi país, que un grupo de
amigos me empezó a llamar de esa manera. Y entonces, puesto a pensar sobre las
protecciones que uno quisiera dejar, yo creo uno debería ser recordado por los
hallazgos que deja como artista, intentando siempre buscar nuevos rumbos para
nuestra música. Pero me pareció que era una oportunidad de hablar también de la
otra mitad de mi identidad, mi “incorregible” peronismo, que es mi idea de la
prosperidad y la abundancia. Por eso elegimos el ekeko, una deidad menor y
estrafalaria, doméstica y vulgar antes que sagrada”
Para la producción del arte del disco,
se encargó una pieza de cerámica a la artista cordobesa Olga Tarditi, que reproduce
una representación del clásico Ekeko
con su vestuario característico pero con las facciones y las características
físicas de Chango Farías Gómez. Por otra parte, una producción de fotos en la que
Chango aparece maquillado con barro,
completa el material con el que se trabajó.En clave de humor, la producción de arte
presenta a “Chango sin arreglo” como
un ekeko adorado por una antigua cultura, al cuál se le pide también por la
abundancia y la prosperidad pero en armonía con la particular identidad
política de este ekeko, su “incorregible” peronismo, considerando aquí algunos de los objetos más
caros de su liturgia como el pan dulce y la sidra, el bombo peronista, etc.. La
otra mitad de su identidad, es el carácter musical de este muñeco de barro y
son las operaciones musicales que tienen que ver con algunos momentos de su
carrera como artista. De esta manera, se repasan algunos momentos claves de su
biografía musical como Los Huanca Huá,
la M.P.A o La Manija, además de un homenaje a la familia Farías Gómez. La dirección de arte estuvo a cargo de Jorge Moreno y Gonzalo Ruiz.
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